Durante la era de la nobleza, había abundancia de comida y una delicia de suruba

En una era de opulencia, un salón de banquetes era el escenario para el deleite carnal.El Príncipe, un conocedor del placer, festejaba sus ojos a la deliciosa doncella, su cuerpo un banquete en sí mismo.A medida que la música se hinchaba, su pasión se encendía, transformando el salón en una arena de sensual indulgencia.